Campañas por alcaldías
Por: Gerardo Armenta
Con las pertinentes reservas del caso, hoy se vuelve un tanto a la normalidad existencial después de transcurrir los días de Semana Santa. Pero un señalamiento como tal tendría que tomar en cuenta que en realidad las vacaciones siguen como parte del periodo representado por la Semana de Pascua. En realidad, es la actividad escolar en general la que tardará todavía otra semana en normalizarse del todo.
Pero es probable que el grueso de vacacionistas ya se encuentre de regreso tras los días de asueto a que se alude. Cabe reconocer que, de una u otra manera, se esperaban grandes concentraciones de paseantes en las playas regionales. Al parecer, la psicosis desatada por la aparición de tiburones en las playas regionales, no se tradujo en un terror colectivo que inhibiera el sentido del tiempo vacacional. Nunca tuvo que ser así, por más peligrosa e inquietante que haya sido la evidencia probada de escualos en estas latitudes sureñas.
De una u otra manera, entonces, prácticamente a partir de hoy se reanudarán las actividades propias de la rutina general. Habrá que atender los reportes que tengan en su poder las autoridades correspondientes para disponer así de una visión más general y concreta del tenor mostrado por esta etapa vacacional, de suyo casi siempre tumultuosa en todas partes. Se trata de un periodo que todo mundo quiere aprovechar. Resulta bueno que sea así. Suele decirse que no hay mejor coyuntura que la propia representada por una etapa vacacional. Y, en efecto, las evidencias lo confirman.
Aunque, por supuesto, la realidad y las obligaciones o deberes terminan por imponer sus fueros. Unas por otras, podría ser el título de esta secuencia o dinámica existencial. En esta coyuntura que se abre a partir de hoy, es posible que la política electoral en curso por fin alcance el clímax que hasta ahora no ha mostrado ni siquiera por aproximación. O bien la política ya no es como antes o quienes en su mayoría la protagonizan hoy son más cautos o prudentes en sus andares proselitistas en busca de simpatías y votos, lo que no debe ser fácil del todo en coyunturas como las actuales cuando las necesidades y dolores de cabeza de la ciudadanía están por todos lados.
Quién sabe. Lo cierto es que prácticamente en lo general se advierten rutinas electorales carentes de emoción, profundidad y actitudes y hasta dichos repetidos ya una y otra vez. Sin embargo, debe ser propio reconocer que no ha de ser cómodo protagonizar actualmente una campaña electoral en busca del voto para ocupar puestos administrativos o políticos. Y es que tantas veces se ha dicho y repetido lo mismo que a lo mejor ya no es fácil despertar los ánimos ciudadanos como antes.
En un panorama así, no faltan quienes sostengan que a los tiempos electorales de hoy les falta la puesta en curso de las campañas por las presidencias municipales y las diputaciones locales. Una observación de esta naturaleza parecería tener sentido, habida cuenta de que históricamente las presidencias municipales suelen evidenciar un jalón político o electoral particularmente acentuado entre la ciudadanía. Las razones para que ocurra de esta manera se explican por sí solas.
Y parecen tener todo el sentido del mundo. Por ejemplo, en una escala política, ningún otro cargo de elección popular como el propio de alcalde significa o garantiza tanto la cercanía con la ciudadanía, o con el pueblo, si a usted le gusta la demagogia, como ocurre a menudo en la vida real con este nivel de funcionarios. En un momento dado, un alcalde representa toda la esperanza del mundo habida y por haber para que el ocupante del cargo resuelva los problemas ancestrales y recientes de una comunidad determinada. Otra cosa es que a la hora de la hora se cumpla esta sentida y hasta ingenua presunción popular.
No es por nada, pero a menudo ciertamente ocurre todo lo contrario, lo cual no impide que la esperanza popular se mantenga, así sea con el cambio de siglas partidistas, una y otra vez en el mando municipal. No en balde quizá haya sido en los municipios donde verdaderamente inició la llamada alternancia en el poder, una vistosa realidad en el México de hoy. No en balde, entonces, las elecciones por las alcaldías suelen ser asuntos políticos de primer orden. O por lo menos así han sido considerados hasta ahora.
En todo caso habrá que ver de qué manera impactan o no a la ciudadanía las inminentes campañas por las presidencias municipales. El asunto reviste su propio interés. Sin duda…
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