Febrero no ha sido de amor y amistad para el presidente; los temas que trae sobre la mesa no son fáciles de solucionar
Han sido semanas consecutivas en las que el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha podido sacar la cabeza para marcar la pauta de la opinión pública y publicada a nivel nacional, ya que, como todos sabemos, los escándalos y problemáticas a las cuales se ha enfrentado durante los últimos días no son cosa menor lo que lo tiene visiblemente agitado y fuera de lugar, muy diferente a como nos tiene acostumbrados el mandatario más popular de los últimos sexenios.
Todo comenzó con la salida a la luz pública de las lujosas mansiones en las cuales su hijo mayor, José Ramón López junto a su esposa, vivieron durante 2 años, la cual tiene un valor comercial de más de 20 millones pesos, misma que vino a dar al traste al discurso de austeridad franciscana a la cual apela el propio presidente prácticamente todos los días en sus conferencias de prensa mañaneras, asimismo, un agravante que vuelve más complejo dicho caso, es que el dueño de dicha mansión es gerente de una empresa petrolera que mantiene relación cercana con el gobierno lopezobradorista, lo que en todo caso sería un conflicto de interés.
Después, y seguramente a raíz de dichas declaraciones, el propio presidente López Obrador decidió súbitamente en una de sus mañaneras anunciar la “pausa” de las relaciones diplomáticas entre México y España aduciendo a supuestos agravios que había sufrido el pueblo de México por parte de empresas transnacionales de origen ibérico, las cuales, según López Obrador, han dañado al pueblo de México por lo que se decidió a poner en marcha dicha “pausa”. Por su parte, el gobierno español rechazo tajantemente dichas acusaciones y por medio de un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores pidieron a la par mexicana mantener una relación basada en el respeto mutuo. Lo anterior, pone en riesgo una relación estratégica que habían mantenido ambos gobiernos para el crecimiento, sobre todo si tenemos en cuenta que los flujos de inversión entre ambas naciones se encuentran por encima de los 95 mil millones de euros.
Por si esto fuera poco, durante la rueda de prensa que se llevó a cabo en Hermosillo, el presidente López Obrador logró lo que parecía difícil, volver a sorprender a propios y extraños con sus declaraciones, las cuales han comenzado a llegar demasiado lejos. En esta ocasión, y tal como lo ha hecho en casos anteriores, decidió hacer pública una supuesta carta que fue enviada anónimamente a Palacio Nacional en la que acusaba al periodista encargado de difundir el escandalo millonario de su familia, Carlos Loret de Mola, de ganar una cantidad de 35 millones de pesos anuales, para proseguir a hacer un llamado a las autoridades responsables para que generen una investigación del patrimonio del periodista en mención, generando fuertes críticas y señalamientos por ser una manera de amedrentar y usar el poder con el objetivo de callar las voces disidentes.
Evidentemente el mes de febrero no ha sido de amor y amistad para el presidente, los temas que trae sobre la mesa no son fáciles de solucionar, y si le sumamos a lo anterior, el complejo tema de la reforma energética y la revocación de mandato, se puede generar un caldo de cultivo perfecto para convertirse en el principio del fin de la tan famosa y poco efectiva Cuarta Transformación.
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