El 20 de julio se cumplieron 55 años de que el hombre llegó por primera vez a la Luna
Por: Gerardo Armenta
El 20 de julio se cumplieron 55 años de que el hombre llegó por primera vez a la Luna en lo que fue desde entonces el triunfo indiscutido e indiscutible de Estados Unidos sobre la Unión Soviética (hoy Rusia) en la llamada conquista espacial. Vale señalar que poco se sabe, por ejemplo, que las cosas pudieron salir mal cuando prácticamente los dos astronautas a bordo del módulo lunar estaban a punto de aterrizar (el término es válido) y cumplir así una de las más grandes hazañas humanas.
El histórico descenso debieron hacerlo un kilómetro más allá del lugar originalmente escogido según el proyecto original. Esa decisión obligó a utilizar combustible que después necesitarían para salir de la Luna con el riesgo existencial que eso implicaba. Obvio: no había cerca ninguna gasolinera a la cual acudir para surtirse. Pero primero había que cumplir la cita con la Historia y asumir una cita postergada por siglos y siglos de historia. Neil Armstrong, jefe de la misión y primer hombre en suelo lunar, resolvió magistralmente el compromiso con su desde entonces emblemática frase: “Es un pequeño paso para el hombre; un salto de gigante para la humanidad”. Por lo visto, este fue y es el sentido literal o textual de su celebrada expresión pronunciada allá en la profundidad del espacio.
Como se sabe, la tripulación del Apolo XI estuvo integrada por Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. Los dos primeros descendieron en la Luna y el tercero se quedó solo en órbita a la espera del regreso de sus compañeros. Al respecto, es muy conocida la interpretación que se ha hecho popularmente del papel cumplido por Collins en la primera misión lunar tripulada. De él se ha dicho que ningún ser humano, después de Adán antes de que llegara Eva, ha estado en una soledad personal tan marcada mientras recorría la órbita lunar. La cuestión al respecto debió acentuarse todavía más cuando pasaba por la cara oculta y oscura de la Luna, con el añadido de que allí en ese tránsito se cortaba temporalmente toda comunicación con Houston. Pero Collins nunca se quejó de nada y en cambio siempre reconoció el significado de la experiencia que le tocó protagonizar en la sin duda impresionante soledad del cielo lunar.
El primer viaje a la Luna tripulado por humanos ha estado siempre rodeado por historias relacionadas con los OVNIS, los cuales por cierto oficialmente ya no se llaman así, sino Fenómenos Anómalos no Identificados, y para no perder costumbre se les identifica con las siglas FANI. El cambio no se observa muy original, pero ya lo decretaron oficialmente. Existe un caso de avistamiento certificado en directo por los astronautas pioneros en los viajes lunares. Armstrong, Aldrin y Collins vieron claramente por sus ventanillas un objeto luminoso que no pudieron identificar y que relativamente se acercó a la nave en que viajaban ellos. Tenía forma cilíndrica y un gran tamaño.
No puede negarse que también existen historias fantasiosas en relación con el alunizaje. Una ubica a Armstrong cuando maniobraba durante el alunizaje y de pronto habría notado una formación de naves obviamente alienígenas estacionadas en suelo lunar. Al parecer el astronauta se sobresaltó ante lo que estaba viendo. El problema es que en ese momento se cortó la transmisión desde Houston y públicamente ya no se supo más. No es fácil creer en estos relatos. Aunque no deja de llamar la atención que se conozca en todo su dramatismo y transcripción textual el aviso de Armstrong, suponiendo que realmente ese mensaje haya existido en el momento crucial del alunizaje.
De igual forma, en ciertos círculos de opinión, no necesariamente científicos, todavía es posible saber que allí se afirme que el viaje a la Luna del Apolo XI nunca existió y que todo fue un montaje cinematográfico. Esta es una versión que ha corrido a lo largo de los años (hoy mismo suele plantearse) y que vale reconocer tiene de suyo adeptos considerables. Sin embargo, no debe ser fácil desmontar una trama como la propia del primer hombre en la Luna. Alegatos de toda clase (políticos, económicos, científicos, afán humano por los grandes retos) estuvieron y están en la base de ese primer viaje espacial al conocido también como satélite natural de la Tierra.
Aparte, el viaje lunar del Apolo XI no ha sido el único. Tampoco Armstrong y Aldrin son los únicos seres humanos que han estado allá. Otros astronautas norteamericanos les siguieron. Y no es que se les ignore, pero la hazaña portentosa fue la primera de las varias que se han llevado a cabo. De algún modo la Luna pasó de moda. Pero recobrará ese nivel cuando se convierta en una especie de estación terrestre para de allí saltar a Marte. Aunque hay que advertir que esto no ocurrirá precisamente a partir de mañana a mediodía.