Lucha contra las casetas
Por: Gerardo Armenta
Bien se sabe que los políticos mexicanos (o por lo menos una buena parte de ellos) son un tanto especiales. Pero por lo visto les superan en la portación de esta modalidad quienes no son precisamente profesionales en estos menesteres. Por ejemplo, vea usted el caso de Eduardo Verástegui, un actor que buscó competir por la Presidencia de la República en el venidero proceso electoral como candidato independiente.
Difícilmente tendrá esa oportunidad. Y es que, primero, todo permite suponer que ya no le alcanzó el tiempo para recabar las 961 mil 405 firmas en 17 entidades del país que exige el Instituto Nacional Electoral para registrar una candidatura independiente para la Presidencia. Después, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no le otorgó una prórroga para alcanzar el total de firmas aludidas, lo que, en términos generales, no debe ser fácil de lograr por nadie que aspire en orfandad partidista a la primera magistratura del país, como se decía antes en el orondo lenguaje de los políticos.
Sin embargo, y no del todo conforme con las decisiones suscritas por los organismos electorales aludidos, Verástegui replicó con un anuncio inesperado y seguramente fuera de contexto. Dijo, en pocas palabras, que el año entrante formará un nuevo partido político. Empero, alguien tendrá que decirle que lo que sobra en México hoy por hoy son precisamente partidos políticos. Los hay tantos que terminaron por perder su individualidad y por ello decidieron agruparse en coaliciones concebidas para luchar electoralmente y extraviar así la personalidad institucional.
En estos momentos no hay en México ningún partido de los “grandes” o institucionales de siempre que, por ejemplo, vaya a luchar por sí mismo en la batalla presidencial. Todos están agrupados alrededor de dos coaliciones, aunque realmente el único partido fuerte en este curioso esquema es precisamente Morena. Los partidos poderosos de antes, PRI y PAN, están muy “manitos” (por lo menos en la apariencia) en una triple concentración partidista con otras siglas que, como las del PRD, desde hace rato atisban el finiquito de su existencia. Mientras tanto, Morena no parece tener problema mayor con sus asociados partidistas.
Entonces, y vistas rápidamente, así las cosas, ¿puede ser factible en México un nuevo partido político? Sí y no. Habría que ver en todo caso quiénes serían sus promotores y la calidad de su oferta política. El problema con Verástegui es que entrando el año apenas había recabado 165 mil 66 firmas del casi millón de rúbricas que requiere para figurar como candidato presidencial independiente. Seguramente, como ya lo dijo, al final optará por crear su propio partido político. Y entonces puede que las cosas al respecto sean distintas. Esta, sin embargo, no deja de ser una posibilidad.
Como lo es también la quita de la caseta de Fundición, planteada recientemente una vez más. Igualmente, en Cajeme existe el ánimo de que se elimine la caseta de Esperanza. A la hora de la hora, cabría pensar que, en uno otro caso, se advierte sumamente difícil (por no decir imposible) que prosperan los ánimos ciudadanos que están a favor de que se proceda a la desaparición de ambos puntos de peaje.
Y, en efecto, cabría pensar que llegado el caso (si llegara a serlo) resultaría en principio más lógico y justiciero quitar la caseta de Fundición, bajo el entendido de que Navojoa debe ser el único municipio del país (y de la Vía Láctea) que tiene dos casetas de peaje a lo largo de su territorio. Sobre este tema en general hablaron periodísticamente Jesús Román Zamorano, representante en Navojoa del Movimiento por el Libre Tránsito, y Arturo Osorio Valenzuela, dirigente de la Unión de Trabajadores del Campo.
Debe reconocerse que sus puntos de vista o demandas sobre el tema son ciertamente atendibles. Resulta así porque se trata de planteamientos que se han venido formulando al paso del tiempo sin que hay tenido la pertinente respuesta oficial. Se han logrado algunos beneficios como la exención del peaje carretero a vecinos del sur de la entidad. Pero no puede negarse que las diversas exigencias que tienen que ver con las casetas de cobro, siguen firmes a pesar del paso de los años. Porque es cierto: muchas de las promesas que en su momento se hicieron alrededor de este tema, no han sido llevadas a realidad plena.
Por eso es que la discusión sobre las casetas de peaje resurge cada cierto tiempo, particularmente en el sur de la entidad. Desaparecer las existentes en Esperanza y Fundición se antoja un asunto complicado, sin duda. Pero por lo visto existen ánimos para ganar esa complicada batalla. Habrá que esperar los hechos…
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