Nueva administración cultural, la desconfianza

Estar al frente de una dirección como esta implica conocimiento de la situación en general, tanto de los creadores, como de los consumidores

Por: Jesús Carvajal Moncada

El inicio de la nueva Administración Municipal, concretamente en lo que se refiere al área de arte y cultura, ha generado desconfianza entre el gremio. Una razón de ello es la escasa experiencia de la nueva directora de Cultura, Cristina Pérez, quien se ha desempeñado principalmente en el campo de las artes plásticas y colaboró en la Casa de Cultura en un periodo anterior. No obstante, por su juventud y poco trabajo en áreas de gestión, no se esperaba que fuese invitada a ocupar el máximo cargo de la cultura municipal.

Otro aspecto que ha llamado la atención es el que, desde un principio en funciones, la directiva promocionó actividades como Pintando con jóvenes, de la misma Cristina, y una obra de Sinergia Teatro, una compañía de un trabajador de dicha dependencia.

Estar al frente de una dirección de este tipo implica un conocimiento de la situación cultural en general, tanto desde la posición de los creadores, como de los consumidores; se debe contar con espacios y mecanismos para la circulación de productos artísticos, con el suficiente nivel técnico para estimular la capacidad de apreciación del público. Un dirigente cultural también debe saber comunicarse con artistas y agentes culturales, escucharlos, acordar, negociar, hacerles ver cuándo un requerimiento de apoyo rebasa los recursos con que cuente el organismo.

Se requiere un líder, con la capacidad de gestionar recursos y acudir a especialistas cuando le sea necesario, además de conducir con firmeza y respeto a un equipo de trabajo que tenga pleno conocimiento de los objetivos que se persiguen. No niego que sea justo dar una oportunidad a los jóvenes, pero la experiencia ha mostrado ser muy importante en una función directiva.

Por otra parte, es conveniente para una administración municipal, el evaluar el concepto que de cultura tenga quien aspire a dirigir este tipo de actividades, porque no se trata de poner en marcha proyectos propios, tomando ventaja de su posición. En lugar de ello se hace necesario un proyecto viable y congruente con las necesidades culturales de Cajeme, mayores y más complejas ahora que más personas desean vivir de ello y porque debido a la pandemia por el Covid-19 la reactivación de lo cultural es apremiante.

Las acciones a emprender deben evitar una dinámica de pocos avances y muchos retrocesos, para aprovechar la experiencia acumulada y lograr que nuestra sociedad comprenda cada vez más la importancia del arte y la cultura para su evolución. Veremos si los actuales dirigentes entienden esto también.

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