Libre en Ciudad Obregón

El 24 de febrero, a partir de las 6 de la tarde, se llevará a cabo en Ciudad Obregón una extraordinaria función de lucha libre. Ve uno el anuncio respectivo en la sección deportiva de Diario del Yaqui. Impresiona la cartelera respectiva por el número de sus protagonistas y los encuentros que sostendrán. El evento se llevará a cabo en el llamado Palenque de Ciudad Obregón.

Uno se quedó en el tiempo de las luchas que se efectuaban en el gimnasio municipal ubicado por la 200, distintiva calle obregonense. Los tiempos cambian, sin duda. Pero no hay duda de que la lucha libre se mantiene como el mismo llamativo espectáculo de siempre, si bien con otros protagonistas y sin la gran caja de resonancia suya que invariablemente fue la Ciudad de México. En la misma capital del país, por ejemplo, ya no se llevan a cabo eventos de lucha libre como antaño, en lo que fue una actividad de gran rentabilidad económica para las empresas promotoras, con el surgimiento de verdaderos ídolos populares, como quizá nunca ha vuelto a ocurrir.

Valdría la pena pensar, por ejemplo, en personajes de la talla de El Santo (él tiene que ser el primero en toda enumeración al respecto), Blue Demon, El Rayo de Jalisco, Los Hermanos Espanto, Gory Guerrero, El Enfermero, El Cavernario Galindo, René Guajardo, Karloff Lagarde, Sugi Sito, Rolando Vera y tantos y tantos más. Todos ellos, con alguna excepción entendible, según cuentan los aficionados de esa época, lucharon en arenas del sur del estado. Una vez en Navojoa, y seguramente en Obregón también, se presentó una cartelera de lucha que “ni Obama” seguramente llegó a presenciar. En lo que en la jerga del oficio se conoce, o se conocía, como relevos australianos (tres contra tres), una noche en Navojoa se enfrentaron El Santo, Blue Demon y El Rayo de Jalisco contra El Cavernario Galindo, Karloff Lagarde y René Guajardo. Los primeros eran técnicos (los buenos) y los segundos rudos (los malos).

Ganaron los buenos, como siempre tendría que ser en la vida, si bien en ocasiones sucede lo contrario. Mucho tiempo después de esa memorable función realizada en la Sociedad Mutualista de Navojoa (convertida por esa vez en arena de lucha libre profesional), uno tuvo la increíble oportunidad de entrevistar a Blue Demon. La entrevista no sólo fue extraordinaria en lo profesional (por la calidad y resonancia del entrevistado), sino que prácticamente se llevó a cabo con la cara descubierta del famoso luchador, es decir, sin su impresionante máscara azul. Era verano y hacía un terrible calor en Ciudad Obregón. Por eso Demon se quitó la máscara, obviamente con el acuerdo de que Alejandro Mena (padre) no le tomara ninguna fotografía estando facialmente al descubierto. (Las fotos con máscara le fueron tomadas antes de que empezara la plática formal).

En otra ocasión, y gracias a los buenos oficios de Willy Cortez, que los conocía bien, fue posible hacer una entrevista de televisión en el canal local (así le decían antes) con un fabuloso trío de luchadores: El Hijo de El Santo, El Hijo de Blue Demon y El Hijo de El Rayo de Jalisco. Para un servidor, ese fue un programa impresionante. Y conste que “De Domingo” (así se llamaba la emisión) siempre tuvo elencos importantes.

El caso es que, como se anotó al principio, el sábado 24 de febrero tendrá lugar una función de lucha libre en Ciudad Obregón. Willy Cortez (siempre fiel a su vocación luchística) y su hijo Willy Jr., están en el programa, al igual que luchadores con nombres como Abismo Negro, Tigre de Bengala, El Sonorense, El Chicano, Perro de Sonora, Black Lion, Electroman, amén de muchos más. Sorprende positivamente tomar nota de tantos luchadores como son los que participarán en la función aludida. Ello quiere decir que, por lo menos en Ciudad Obregón, la lucha libre sigue siendo una actividad con gran certeza existencial como la que tuvo hasta hace no mucho tiempo.

Qué bueno que sea así, porque se trata de un quehacer profesional (y dicen también que artístico) con gran tradición en un país como el nuestro. Nuevos personajes, nuevos nombres. He aquí signos vitales muy reconocibles en una vocación tan admirable como es la propia de la significativa lucha libre con sus rudos y técnicos siempre en eterno combate. Como la vida misma…

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