Hace un mes del asesinato de un querido amigo en el Juzgado de lo Familiar
Por: Jesús Huerta Suárez
ahora arrojaron una granada y ráfagas de ametralladora en el Palacio Municipal de Guaymas, mañana, quién sabe, pero es importante decirlo una vez más: las autoridades y la sociedad misma en su totalidad estamos rebasados por el crimen organizado y el desorganizado también. La violencia llegó para quedarse a Sonora y México y va en aumento. Nadie lo puede negar, y, lo peor, es que nadie lo puede parar. Nadie sabe cómo hacerle, todos tenemos miedo y las autoridades siguen jugando a gobernar echándole la culpa al pasado, mientras muchos de sus funcionarios siguen asociándose con los malandrines, ya sea por amenazas o por intereses, el caso es que si a este tema de alta inseguridad incontrolable, que el dólar anda a su nivel más alto, que la canasta básica y la inflación andan por las nubes, que la pandemia va y viene sin control, que los fanáticos de la fe ciega siguen defendiendo con todo a un caudillo (¡nada más obsoleto que en pleno siglo 21 dejemos en manos de un caudillo el destino de la nación!), una oposición empequeñecida por su ambición del poder por el poder mismo y una sociedad apática sumida en el limbo existencial, tenemos que a México le depara un negro futuro.
Pero, eso es lo que queremos, eso es lo que escogimos y eso es lo que somos y lo que merecemos, porque todos somos responsables de una manera u otra de la situación, y si no nos aplicamos ¡ya! Todos los días de la semana seguirán negros como este jueves 25 del presente que acaba de terminar con ráfagas de ametralladora, granadas e inocentes asesinados frente a los militares, policías y autoridades municipales, mientras que los responsables de nuestra seguridad se hacen bolas por no saber sobre el tema.