Río Mayo decadente
Por: Gerardo Armenta
El Día del Amor y la Amistad se ha convertido en una fecha extraordinariamente gananciosa en términos comerciales. Tal grata modalidad seguramente se debe a la promoción publicitaria que la fecha suele recibir antes de que incluso empiece a despuntar vía calendario el clásico 14 de febrero cada año. Por supuesto que tampoco resultaría pertinente olvidar, como si no tuvieran significado alguno, los gratos sentimientos que se realzan en el contexto del día dedicado también a la recordación de San Valentín.
Con el paso del tiempo, debe reconocerse que una fecha como la aludida se ha convertido, en un país como el nuestro, en un momento propicio para exaltar los significados del amor en sus diversos significados. Y de esta manera poco a poco tal celebración amorosa y fraternal terminó por convertirse también un filón comercial que asombra por la cuantía de sus montos. Y es preciso advertir que esto ocurre en todo el país, donde la generalidad de la población, dicho sea sin exagerar, suele prepararse, con los presentes o regalos del caso, para dar cabal significado a la sentimental fecha de febrero.
La actitud es general en todas partes y a menudo resulta posible medir el gasto que se hace para rendir honor o pleitesía a San Valentín. Por ejemplo, esta vez la reciente recordación del Día del Amor y la Amistad produjo en todo el país una derrama económica calculada en 25 mil millones de pesos. Leyó usted bien. Pero vale la pena repetir la cifra: 25 mil millones de pesos. Esta cantidad representa un incremento de 13 por ciento en ventas en relación con el año anterior. La información fue proporcionada por una fuente confiable. Es decir, la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, donde saben y conocen de estos menesteres.
Pero el asombro no se agota allí. Y es que en Navojoa también hace aire en el marco de la festividad por el Día del Amor y la Amistad. Prueba de ello es que en la Perla del Mayo se produjo al respecto una derrama económica calculada en 14 millones de pesos. La información respectiva habla por sí sola: el rango de compra en el contexto navojoense en promedio fue entre los 400 y 800 pesos por persona. Este gasto corrió a cargo del 55 por ciento de la población económicamente activa ocupada. Datos como los anteriores fueron proporcionados periodísticamente por Federico Llamas Aréchiga, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo del Mayo.
De la misma manera, resulta importante atender otros datos, igualmente suscritos por Llamas Aréchiga. Helos aquí: los giros comerciales más beneficiados fueron las tiendas de regalos, florerías, joyerías, cines y restaurantes. Pero también es propio incluir en este recuento a plataformas de comercio electrónico como servicios de entrega de alimentos y aplicaciones de citas. Con justas razón, entonces, el presidente de la Canaco navojoense dijo que el Día de San Valentín no es solamente una celebración de amor y afecto, sino también un motor importante para la actividad económica en diversos sectores. Y qué bueno que resulte así.
Pero donde las cosas siguen sin pintar del todo bien es en el río Mayo, un lugar que fue típico de Navojoa y el sur de la entidad, pero que hoy languidece por obra y gracia del abandono en que decidieron marginarlo autoridades de muy diverso rango. A ninguna de éstas les ha importado, ni siquiera en un típico arranque demagógico, tomar cartas en ese asunto para ver de qué forma sería posible (si es que todavía existe alguna) de planear y ejercer alguna forma de rescate del lugar.
Bien se sabe que la decadencia del río Mayo, como bien acaba de reiterarlo a Diario del Mayo, Humberto Zazueta, un asiduo y conocedor visitante del lugar, se debe simple o llanamente a la falta de agua. Una circunstancia como ésta figura precisamente en la base de toda la desgracia del río Mayo. Incluso, cabría preguntar, con toda la seriedad del mundo, por la pertinencia de seguir llamándolo así. Y es que las agresiones en su contra siguen produciéndose sin que nadie sea capaz de impedirlas. El río se ha convertido en un receptor de múltiples desechos como llantas y bolsas de basura. Además, en su ámbito se ejerce también la tala de árboles sin que nadie muestre preocupación por evitarla.
¿Ninguna instancia gubernamental podría estar en capacidad de impedir toda esta clase de atropellos en perjuicio del por sí perjudicado río Mayo? No. Porque todo permite suponer que no la hay. Y si la hubiera debe estar en feliz sueño burocrático. Para variar…
armentabalderramagerardo@gmail.com