Durante los últimos años se ha comenzado a vivir una etapa de rompimiento en el sector de la comunicación política,
Mucho de ello derivado del arribo de las redes sociales al panorama político, las cuales han venido a revolucionar casi de manera total la forma en la que se venía haciendo política durante las últimas décadas.Las famosas “Fake News” no son otra cosa más que la propagación de verdades a medias a través de medios de comunicación, principalmente por redes sociales para tratar de influir en la opinión pública de las personas como una medida propagandística ligada a la política, las cuales, al distribuirse por medios electrónicos tienen la cualidad de dispersarse de manera casi instantánea y sin regulación lo que las vuelve un arma de doble filo.
Desafortunadamente en México no estamos muy distantes de dicha problemática ya que, como todos sabemos, en la actualidad se viven momentos de polarización donde las descalificaciones y “los otros datos” son lanzados de un lado a otro, lo que en muchas ocasiones nubla la capacidad y criterio para identificar el rumbo que lleva nuestro país.
Sin embargo, como dice el refrán “se puede mentir con los números, pero los números no mienten”, en tiempos de “Fake News” y “otros datos”, existe un antídoto infalible que esta blindado ante nubarrones ideológicos y dogmáticos llamado: datos duros, mismos que al analizarse de manera objetiva nos brindan indicadores claros y concisos sobre el avance o retroceso del gobierno en turno.
Los datos duros son todos aquellos datos que provienen de fuentes primarias y oficiales que nos brindan instituciones con arraigo científico y profesional alejados de los partidos políticos y los vaivenes electorales, por lo cual, a más de la mitad del camino del gobierno en turno nos abocaremos a dejar en el ocaso de este escrito algunos de los datos duros más recientes divulgados por fuentes oficiales sobre los resultados de la actual administración de la llamada cuarta transformación.
Comenzaremos con el principal problema al cual se enfrentan todos los niveles de gobierno en nuestro país: la seguridad. En el caso de la seguridad AMLO prometía en campaña (22 de marzo de 2018) que bajaría la incidencia delictiva en México entre un 30% y 50%; no obstante, los datos duros nos brindan la siguiente información, según la última actualización de datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública presidido actualmente por la Morenista Clara Luz Flores, el sexenio de López Obrador acumula un total de 121 mil 655 homicidios, de los cuales 3 mil 463 responden a feminicidios, convirtiéndose así en el sexenio más violento de la historia reciente, asimismo, la encuesta de Seguridad Pública Urbana del INEGI, registra un repunte en la percepción de inseguridad en el primer trimestre de 2022 con un 66.2% de la población que considera que vivir en su ciudad es inseguro, destacando en dicha lista el caso de Ciudad Obregón, ocupando el deshonroso segundo lugar con un 94.1% de percepción de inseguridad.
Hablando de economía el panorama no luce nada alentador y, a pesar de que la propagando se empecina en decir que vamos muy bien, los datos duros nos dicen otra cosa. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reportó que de 2018 a 2020, 4 millones de personas entraron al margen de situación de pobreza, de igual manera, el aumento de precios de la canasta básica ha registrado durante los últimos meses incrementos nunca vistos durante las últimas dos décadas alcanzado el nivel record de 7.65% durante el mes de mayo según datos del INEGI.
Evidentemente las filias y fobias en materia política dañan la visión objetiva para diferenciar un buen gobierno de uno mediocre, al final los números no mienten, juzgue usted mismo.