Aproximaciones Electorales

Una gran preocupación o incógnita debe ser cuál o cómo será la actitud de la ciudadanía ante el compromiso comicial del 2 de junio...

Por: Gerardo Armenta

Según ciertas aproximaciones que podrían ser tan válidas como se asuma considerarlas en su real o hipotético significado, al parecer quienes forman parte del llamado sector de clase media de este país estarían en posibilidad de marcar el tenor, sentido o rumbo de la inminente elección presidencial. Sin duda, el planteamiento no deja de ser interesante.

Pero resumiendo el asunto a su mínima o máxima expresión, es claro que lo que se necesita para que lo enunciado se traduzca en hechos se requiere una sola certeza: la voluntad de la membresía de la clase media para salir a votar. Este parecería ser un planteamiento muy elemental. Y lo es, sin duda alguna. Pero en la contraparte su grado de complejidad no es desdeñable bajo ningún enfoque.

Es así porque, en aproximaciones reflexivas de esta naturaleza, no es posible olvidar, como tanto se ha reiterado a lo largo de esta temporada, que en un país como el nuestro existe algo que política y electoralmente se llama abstencionismo. Y es cierto. En estos momentos, por ejemplo, una gran preocupación o incógnita (entendible bajo cualquier enfoque) debe ser cuál o cómo será la actitud de la ciudadanía ante el compromiso comicial del 2 de junio. Por eso, en un contexto de esta naturaleza nunca será ocioso perder de vista el asomo del abstencionismo.

La pregunta sería cómo salir a su paso. La respuesta, empero, no ha de resultar fácil siquiera bosquejarla. En este país se lleva ya buen tiempo hablando del abstencionismo. A menudo, un tanto abusivamente, suele creerse que esta actitud ciudadana es fruto de la indolencia o el desgano ciudadano que se genera nada más porque sí. Pero no se piensa que el desgaste de la política y sus protagonistas en un contexto nacional como el nuestro, donde parecería que el juego de las promesas de los políticos y gobernantes es ya algo prehistórico, bien podría resultar preocupante bajo el amparo de cierta y perturbadora óptica.

Mientras tanto, en una visión más regional de los hechos circundantes, cabe subrayar que en realidad el de Navojoa es un conglomerado que, el diario transcurrir de su existencia cotidiana, lo hace en un contexto singularizado por las carencias o fallas en la prestación de servicios públicos de los denominados básicos o esenciales. ¿Cómo es posible que la vida de un conglomerado transcurra cotidianamente bajo un esquema como el descrito? Los servicios públicos, en cualquiera de sus denominaciones, es preciso entenderlos como necesariamente vitales, dicho sea, sin exageración sino al contrario, desde un marco de rigurosa objetividad conceptual.

Sólo es cuestión de fijarse para que se abra paso el asombro al tomar nota de las fallas y carencias que son observables en la prestación de servicios básicos elementales como la recolección de basura, la seguridad, el estado de las calles, el drenaje y el servicio de agua potable. En un simple o complejo vistazo, la anterior es una relación de hechos que consta a propios y extraños en Navojoa, muchísimo más a los primeros que a los segundos, obviamente. Esta situación fue descrita recientemente por Jesús Román Zamorano, dirigente de la organización Por el Poder del Pueblo.

Su planteamiento fue en el sentido de que, ante una situación de servicios públicos como la descrita, bien podría generarse un voto de castigo por parte de la ciudadanía en contra del alcalde navojoense Jorge Elías Retes, quien figura como candidato de Morena para permanecer en el cargo. El llamado voto de castigo se explica por sí solo, en tanto que se advierte como una actitud de enojo o rijosa de los electores para ejercer una especie de cobro de factura electoral o política en un determinado proceso con sufragios de por medio.

Por sus implicaciones, resulta obvio asumir que el voto de castigo es una reacción drástica por parte de la ciudadanía, pero esa distinción no le quita nada a la eventualidad de que se le practique. En un momento dado todo depende del ánimo público que puedan tener los electores frente a un candidato. Pero en lo dicho: se trata de algo que toca los extremos de una particular actitud ciudadana.

Al final, lo que importa considerar es que, con o sin ese ánimo, algo deba hacerse para asumir la solución de problemas ancestrales de una ciudad como Navojoa y los propios del municipio en general. En la lista respectiva de esta clase de pendientes, figuran rubros que históricamente no han podido ser atendidos o resueltos cabalmente. Llama la atención que las carencias al respecto existan en el área de los servicios identificados como básicos. Es decir, los principales en términos urbanos o citadinos. En su aparente sencillez, el tema es complejo. 

armentabalderramagerardo@gmail.com

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