Académicos con Claudia Sheinbaum

Claudia Sheinbaum Pardo ha estado poco en la entidad, pero de seguro tiene ya un lugar ganado entre muchos ciudadanos

Por: Francisco González Bolón

Usted no me va a creer pero la jefa de Gobierno de la Ciudad de México está creciendo en los números internos de Morena en el país, pero curiosamente, a pesar de la lejanía con Sonora, también hay quienes ven en ella una figura capaz de convertirse en la primera mujer Presidenta de la República.

Claudia Sheinbaum Pardo ha estado poco en la entidad, pero de seguro tiene ya un lugar ganado entre muchos ciudadanos, sobre todo los del sector académico y científico que han conocido su trayectoria en esos ámbitos.

Pero ayer nos enteramos que no solamente los docentes sino que con la participación de diversos sectores productivos, gremiales, sindicales, indígenas, de mujeres y jóvenes, entre otros, se realizó en Hermosillo, en forma exitosa, la primera asamblea de organización territorial para apoyar a la Jefa de Gobierno.

Según nos contó el doctor Cuauhtémoc González Valdez, los asistentes al encuentro expusieron la estrategia y acciones que se implementarán, con lo cual arrancan los trabajos de organización e información en todo Sonora.

Ahí se pudo conocer al representante de jóvenes que apoyan a Sheinbaum  Pardo a nivel nacional, Abraham Carro Toledo, así como la enlace de jóvenes en Sonora, Camila Martínez, y el enlace nacional en Sonora, Julio Léon Trujillo.

Claro que también se presentó a la enlace en Sonora del equipo de Claudia Sheinbaum, Judith Armenta Cota, quien se encargará de coordinar todos los trabajos de apoyo a la doctora en Ingeniería en Energía y Premio Nobel de la Paz.

Sheinbaum Pardo es la primera mujer electa Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, lugar donde nació en 1962. Su historia incluye una brillante trayectoria científica, una comprometida historia política y una vida personal basada en convicciones, principios éticos y valores.

Creció con su madre, Annie Pardo Cemo, quien es una reconocida científica mexicana, merecedora de premios nacionales e internacionales y profesora emérita de la UNAM, y con su padre, Carlos Sheinbaum Yoselevitz, ingeniero químico, pequeño empresario, de quienes aprendió el amor al conocimiento científico, la disciplina, la curiosidad, la entrega al trabajo, el valor de la verdad y el compromiso con quienes menos tienen.

Se desarrolló en un clima de cariño fraterno y de solidaridad, junto con su hermana Adriana y su hermano Julio, quien influyó en ella para estudiar Física. Siendo niña, vio a sus padres luchar por causas justas, entre ellas, el movimiento estudiantil de 1968. Su madre, entonces académica del Instituto Politécnico Nacional, militó junto al dirigente Raúl Álvarez Garín, quien se convertiría en una gran influencia para ella.

Además de ser una estudiante sobresaliente, de niña incursionó en la música y en el ballet clásico y de joven universitaria en el remo. 

Su relación con el arte, la literatura, el deporte, la música, el baile y su afición a la lectura, se mantienen hasta la actualidad.

Esta formación le permitió desarrollar una profunda sensibilidad hacia los grandes problemas de México y el mundo.

En la adolescencia se acercó a los movimientos sociales a partir de una experiencia que la marcaría para siempre: la lucha que encabezó doña Rosario Ibarra de Piedra por la presentación de su hijo y de todos los desaparecidos políticos. A sus quince años, en 1977, pasó la noche en una tienda de campaña, en un plantón organizado por doña Rosario y el comité de madres y familiares de presos y desaparecidos políticos.

En 1986 fue dirigente en el Consejo Estudiantil Universitario, movimiento de masas y organización democrática, que enfrentó victorioso el intento del gobierno por imponer cuotas, reducir la matrícula y aumentar las restricciones al ingreso a la UNAM. La experiencia adquirida por los estudiantes movilizados los llevó a sumarse  al movimiento democrático que en 1988 cimbró al sistema político mexicano, luego del fraude electoral perpetrado por el gobierno priista ese año.

En 1990 obtuvo la maestría en Ingeniería Energética, en la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Fue la primera mujer en ingresar al Doctorado en Ingeniería Energética, obteniendo el grado en 1994, luego de realizar una estancia de investigación de cuatro años para tesis doctoral en Lawrence Berkeley Laboratory, en California.

Y aún hay mucho qué decir de su trayectoria, pero el doctor González Valdez dice que poco a poco nos habrá de enlistar esos aspectos que faltan.

Esperemos que también otros aspirantes se acerquen a Sonora y nos digan sus méritos en campaña.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com

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