El padre adoptivo se suicidó cuando los médicos le dieron la noticia; los abuelos y la madre adoptiva volverán a la corte a inicios de año
Por: Edel Osuna
La primera luz de este mundo resultó por demás oscura para la pequeña
ArabellaMcCormack, pues siendo una nenita sus padres la abandonaron; sin embargo, cuando parecía que tendría un mejor futuro, este resultó peor, ya que terminó muerta a manos de su
familia.
Los acusados ante la autoridad de este atroz crimen en contra la menor de 11 años de edad y sus dos hermanas, son Leticia McCormack, de 49 años, ordenada anciana en una iglesia local); su madre Adella Tom, de 70, y, Stanley Tom, de 75 años y padre de Leticia.
Durante su comparecencia para la fianza ante el Tribunal Superior de El Cajón, el fiscal leyó los cargos contra los detenidos: Leticia fue acusada de asesinato, tortura y crueldad en contra de la una niña, por la muerte de la víctima; la abuela enfrenta cargos por tortura y crueldad, y Stanley, por asesinato, tortura y crueldad y renunció a su derecho a fianza.
EL TERRIBLE CRIMEN
De acuerdo con la investigación, desde el 2015, los Tom servían como voluntarios en el Departamento de Policía de San Diego, y tenían a su cargo a Arabella y sus hermanas.
Sin embargo, a raíz de las circunstancias de la muerte de la menor, las investigaciones condujeron a un terrible descubrimiento: Arabella y sus hermanas eran frecuentemente castigadas por sus padres; sin embargo, era tan grave la condición de la menor de 11 años, que con voz entrecortada la fiscal adjunta Meredith Pro dijo que los huesos de la niña sobresalían bajo su piel.
Al momento de su deceso, en agosto, la chiquilla pesaba menos que cuando tenía cinco años, unos cuantos kilos; además, dijo la fiscal, torturaron y abusaron de las menores por espacio de cinco años y medio.
Como castigo, la familia privaba a las niñas de comida y agua; también las golpeaban con paletas y palos, además de que las aislaban en sus habitaciones, les negaban usar el baño y las obligaban a hacer ejercicios rigurosos.
Respecto a Arabella, ella estaba cubierta de moretones y presentaba, mínimamente, 15 fracturas de huesos separadas, dijo; Las niñas más pequeñas sobrevivieron a la pesadilla, pero estuvieron hospitalizadas por tres semanas.
A raíz de la naturaleza de los cargos, la jueza Kathleen Lewis ordenó que madre e hija permanecieran en prisión, sin derecho a fianza, y dijo que las sospechosas son un peligro social.
Respecto a Brian McCormack, padre adoptivo de Arabella y quien laboraba como agente de la Patrulla Fronteriza, se suicidó frente a la Policía luego de que su hija fuera declarada muerta.
Aunque los McCormack y sus padres fueron declarados inocentes, deberán a volver a la corte en enero.