Una investigación, publicada en la revista Science, revela que los bebés, incluso desde los 12 meses, son capaces de codificar recuerdos
Por: César Omar Leyva
Un nuevo estudio desafía la creencia popular sobre la amnesia infantil, sugiriendo que la incapacidad de los adultos para recordar su primera infancia se debe a fallos en la recuperación de la memoria, no a la incapacidad de formar recuerdos.
Durante años, se ha creído que los adultos no recuerdan su primera infancia porque el cerebro, especialmente el hipocampo, aún no está completamente desarrollado. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Yale desafía esta teoría y ofrece una perspectiva fresca sobre la llamada "amnesia infantil".
La investigación, publicada en la revista Science, revela que los bebés, incluso desde los 12 meses, son capaces de codificar recuerdos. De acuerdo con los científicos, la incapacidad de recordar nuestra infancia temprana podría no estar relacionada con la falta de formación de recuerdos, sino con dificultades en la recuperación de los mismos.
EL ESTUDIO QUE CAMBIÓ LA VISIÓN SOBRE MEMORIA INFANTIL
En un experimento realizado con 26 bebés, los científicos utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para medir la actividad del hipocampo mientras los niños observaban imágenes nuevas y conocidas.
Los resultados mostraron que los bebés mayores de 12 meses presentaban una mayor actividad en el hipocampo al reconocer las imágenes previas, lo que indica que esta parte del cerebro ya está involucrada en la memoria episódica desde una edad temprana.
Aunque los bebés son excelentes aprendices estadísticos desde los primeros meses de vida, la memoria episódica (aquella que registra eventos específicos) parece desarrollarse más tarde, específicamente a partir de los 12 meses.
A pesar de ello, los recuerdos codificados durante esta etapa de la vida pueden no ser accesibles más adelante debido a un fallo en el proceso de consolidación o recuperación de esos recuerdos, sugiriendo que la amnesia infantil podría estar vinculada a esta etapa crítica.
SIGUE SIENDO UN MISTERIO POR RESOLVER
El estudio también sugiere que, aunque la codificación de recuerdos episódicos es posible en bebés, esos recuerdos podrían permanecer inaccesibles durante la vida adulta sin la intervención de estímulos específicos.
Este hallazgo se alinea con investigaciones previas en roedores, que muestran que los recuerdos de la infancia pueden persistir, pero no siempre pueden ser recuperados sin el apoyo adecuado.
Este avance ofrece una nueva comprensión sobre los misterios de la memoria humana y abre un debate sobre cómo se construyen y recuperan nuestros recuerdos más tempranos.
¿Es posible que los recuerdos de nuestra primera infancia se encuentren almacenados en nuestro cerebro, esperando ser desbloqueados bajo ciertas condiciones? Los investigadores de Yale continúan explorando esta fascinante posibilidad.
