El Sumo Pontífice se reunió con el ayatolá chiita, Alí Sistani; condena la violencia que ha afectado a esa nación árabe
Por: Eduardo Sánchez
Por primera vez en la historia, este sábado un Papa católico pisa suelo de Irak, pues durante su visita a ese país árabe, Francisco I sostuvo una reunión con líderes intrarreligiosos, entre ellos el ayatolá chiita, Alí Sistani, en Nayaf.
Durante el evento, el Sumo Pontífice condenó la violencia que ha afectado a Irak en los últimos años y pidió amistad y cooperación entre las religiones.
"Todas sus comunidades étnicas y religiosas han sufrido. En particular, me gustaría mencionar a la comunidad Yazidi, que ha llorado la muerte de muchos hombres y ha sido testigo de miles de mujeres, niñas y niños secuestrados, vendidos como esclavos, sometidos a violencia física y conversiones forzadas ",expresó.
Elogió los esfuerzos de recuperación en el norte de Irak, donde el grupo terrorista de ISIS destruyó sitios históricos, iglesias, monasterios y otros lugares de culto.
"Pienso en los jóvenes musulmanes voluntarios de Mosul, que ayudaron a reparar iglesias y monasterios, construyendo amistades fraternales sobre los escombros del odio, y en los cristianos y musulmanes que hoy están restaurando mezquitas e iglesias juntos", señaló.
El discurso en el que se pide la cooperación entre religiones se produjo pocas horas después de que el Papa celebró una reunión histórica con el venerado clérigo musulmán chiíta, el gran ayatolá Ali al-Sistani, en la ciudad santa de Najaf. La reunión papal de 45 minutos con al-Sistani, de 90 años, que rara vez aparece en público, representó una de las cumbres más importantes entre un Papa y una figura musulmana chií destacada en los últimos años.
Durante la reunión, transmitida por la televisión estatal al-Iraqiya, al-Sistani agradeció a Francisco por hacer un esfuerzo para viajar a Nayaf y le dijo que los cristianos en Irak deberían vivir "como todos los iraquíes en seguridad y paz, y con todos sus derechos constitucionales”, según un comunicado emitido por la oficina del Gran Ayatolá.
Irak ha impuesto un toque de queda total durante la totalidad de la visita papal de cuatro días para minimizar los riesgos de salud y seguridad. Francis tiene previsto salir de Irak el lunes.