El conocido influencer por su dedicación al fitness y al cosplay falleció mientras creaba contenido para sus seguidores
El mundo de las redes sociales se viste de luto tras la trágica muerte del influencer chino Liu Can, quien perdió la vida ahogado a los 27 años mientras grababa un video en un área de acceso prohibido en Nanchuan, Chongqing.
Liu Can, conocido por su dedicación al fitness y al cosplay, había acumulado más de 100 mil seguidores en plataformas como TikTok, donde compartía rutinas de ejercicio y promovía un estilo de vida saludable.
¿QUÉ LE PASÓ A LIU CAN?
La tragedia ocurrió cuando Liu desobedeció las normas y se adentró en una zona restringida, famosa por sus paisajes naturales pero también por sus peligros.
De acuerdo con informes, el influencer fue encontrado ahogado tres días después de haber ingresado al lugar, presumiéndose que sufrió un accidente en el terreno resbaladizo y fue arrastrado por el agua.
La policía local confirmó que el área no estaba abierta al público, y su acceso estaba prohibido para los turistas. La última publicación de Liu en sus redes sociales, en la que se le veía en una piscina con la inquietante frase “El fin”, ha dejado a sus seguidores y familiares en shock.
Su tío compartió la devastadora noticia en Douyin y Xiao Hong Shu, expresando su profundo dolor:
“Era un niño muy alegre, simpático y bondadoso. Su partida nos llena de tristeza. Realizaremos un funeral de despedida”. Esta tragedia resalta los riesgos que enfrentan muchos creadores de contenido en su búsqueda por captar la imagen perfecta.
Liu Can, que recientemente inauguró dos gimnasios en su provincia natal, combinaba su pasión por el fitness con su amor por el cosplay, participando en diversas exposiciones y festivales. Su legado en las redes sociales perdurará en la memoria de quienes lo siguieron y admiraron su trabajo.
La comunidad en línea ha comenzado a expresar su dolor y condolencias, recordando al influencer como un joven lleno de vida que, lamentablemente, pagó el precio de su búsqueda de contenido.
