De acuerdo con la información proporcionada por los fiscales, intentó manipular el curso de la justicia ofreciendo dinero por testimonios falsos
Por: Luis Valenzuela
Las acusaciones contra Genaro García Luna, exsecretario mexicano de Seguridad, han dado un nuevo giro, con fiscales afirmando que intentó manipular el curso de la justicia ofreciendo dinero a compañeros de prisión para que proporcionaran testimonios falsos a su favor.
Con este movimiento, según los fiscales, buscaba obtener un nuevo juicio tras ser declarado culpable de varios delitos relacionados con el narcotráfico y obstrucción a la justicia.
La respuesta de la fiscalía a la solicitud de un nuevo juicio por parte de la defensa fue contundente, presentando un informe detallado acompañado de diez pruebas, algunas de las cuales se mantienen bajo sello. Además de instar al juez a rechazar la petición de un nuevo juicio, los fiscales también se opusieron firmemente a la idea de una audiencia adicional.
El presunto intento de García Luna de influir en el testimonio de sus compañeros de prisión arroja luz sobre la complejidad del caso, revelando una presunta artimaña para socavar el veredicto previamente establecido.
Según las autoridades, García Luna habría ofrecido sumas significativas de dinero, alcanzando hasta 2 millones de dólares, para que los reclusos inventaran historias de conspiración en su contra.
La solicitud de un nuevo juicio, realizada por la defensa a mediados de diciembre ante el juez Brian Cogan en Nueva York, estuvo acompañada de testimonios de varios testigos, incluidos algunos que habían guardado silencio por temor a represalias.
El abogado César De Castro, representante de García Luna, argumentó que la nueva evidencia que habría surgido después del veredicto original justificaba una revisión del caso.
Entre los alegatos de la defensa se encuentran acusaciones de que los fiscales no divulgaron información crucial, incluidos registros de antecedentes que podrían haber sido esenciales para la defensa de García Luna, y De Castro sostiene que esta omisión constituyó una violación grave y podría haber alterado significativamente el resultado del juicio.
Los documentos presentados ante el Tribunal Federal de Distrito en Brooklyn forman parte de la solicitud de la defensa para obtener un nuevo juicio, basándose en lo que consideran pruebas recién descubiertas.
Entre estas pruebas se incluye una declaración jurada de un recluso que afirma que los testigos que cooperaron en el juicio contra García Luna estaban en comunicación durante su tiempo en prisión, utilizando teléfonos celulares de contrabando, y que al menos uno admitió haber manipulado al Gobierno para obtener un acuerdo de cooperación.
Este último desarrollo añade una capa adicional de complejidad al caso, planteando interrogantes sobre la integridad de los testimonios presentados durante el juicio original y la posible influencia indebida sobre el proceso judicial.
Con ambos lados presentando argumentos apasionados y nuevas pruebas emergiendo constantemente, el destino de Genaro García Luna sigue siendo incierto mientras el sistema legal continúa evaluando la validez de las acusaciones y contraacusaciones.