Cuando la madre de la estudiante supo el resultado soltó el llanto, pues ya habían pagado el grado siguiente; el chico llevo la violencia a otro punto
Por: Edel Osuna
Una profesora de secundaria fue brutalmente atacada a golpes por los familiares de una de sus estudiantes, a la que reprobó por no haber sacado la calificación suficiente para promoverla de grado.
El incidente se registró en la Escuela Secundaria No. 7, de Necochea, en Buenos Aires, Argentina, y la afectada es la catedrática Morotí Arocena, quien es profesora de Ciencias Políticas y dicta la materia de Derecho.
De acuerdo con la maestra, dos alumnas de quinto grado aplicaron exámenes; sin embargo, reprobó a una de ellas, Agostina, pues no había presentado ni siquiera avances y en la prueba oral no contestó ninguna de las preguntas.
Sin embargo, la estudiante no estaba sola, pues había acudido a la escuela acompañada por su madre y su hermano, quienes permanecieron durante ese lapso a la puerta del salón.
Al término de las pruebas, se dio un primer encuentro con los familiares de la estudiante, cuando el joven se le aproximó a la maestra, quien estaba cruzando el pasillo, y le preguntó si su hermana había pasado de grado.
El segundo encuentro, y que fue el fatal, se dio cuando Morotí se retiraba de la institución, pues la madre y el hermano la esperaban.
De pronto, el chico le arrojó una botella, que pudo esquivar, por lo que intentó regresar al interior de la escuela, pero el muchacho corrió tras ella, la alcanzó y en uno de los pasillos, ya con la madre al lado, la jalonearon del cabello, la insultaron, la tiraron al piso y le patearon y dieron de puñetazos.
Tras la agresión, la profesora fue llevada al hospital, donde, debido a la golpiza, tuvo que suspender sus labores; luego empezó a sufrir el trauma de la paliza, pues sufrió de angustia, miedo e incertidumbre.
Después de salir del hospital, Morotí Arocena acudió a las instancias legales para interponer denuncia en contra de los agresores, por amenazas y lesiones leves.
Respecto al día de la agresión, la profesora contó que Agostina, al ver los resultados, le pidió ayuda a la docente, pero esta se negó; luego habló con la mamá, quien se puso a llorar, pues ya habían gastado el uniforme del siguiente grado, pues ya había pagado.
Por otra parte, se lamentó de que en la escuela le hayan recriminado el que, al ver el peligro, no se hubiese ido de la institución, donde hubo clases como si nada hubiese ocurrido.
Provisionalmente, la autoridad liberó una orden de restricción para los agresores, y respecto a la estudiante, ésta fue transferida a otra escuela, cercana a otra donde la afectada imparte clases.