La noticia de la muerte del Papa Francisco, ocurrida este lunes a los 88 años, conmocionó al mundo entero, pero tuvo un impacto particularmente profundo en su círculo más íntimo. Jorge Mario Bergoglio, líder de la Iglesia Católica durante más de una década, dejó no solo un legado espiritual, sino también una profunda huella en su familia.
En una entrevista con Caracol Noticias, José Ignacio Bergoglio, sobrino del Papa, compartió cómo su madre y hermana del Pontífice, María Elena, recibió la dolorosa noticia. "Lo llamé a mi hermano y nos fuimos al encuentro con mi madre para ser nosotros quienes le comunicáramos que Jorge había partido", relató. Agregó que ella reaccionó con entereza, "abrazada a la resignación de saber que su hermano descansa en paz y no sufre".
UNA DESPEDIDA EN PAZ Y CON AMOR
A pesar de su delicado estado de salud, el Papa Francisco se mostró en público por última vez el Domingo de Pascua. Desde la logia central de la Basílica de San Pedro, apareció en silla de ruedas para presenciar la bendición "Urbi et Orbi", pronunciada por uno de sus colaboradores. En ese mensaje, hizo un llamado contundente en favor de la libertad religiosa como base de la paz mundial.
José Ignacio confesó que, al ver esas imágenes, comprendió que se trataba de una despedida. "Vimos a un hombre que luchaba por vivir y por cumplir su misión: entregar un último gesto de amor al mundo". Para su sobrino, ese acto resume el legado del Papa: servicio, entrega y amor incondicional.

UN LAZO FAMILIAR QUE EL PONTIFICADO NO ROMPIÓ
Durante sus 12 años como Pontífice, Francisco nunca dejó que su rol al frente del Vaticano lo alejara de sus raíces. José Ignacio lo recuerda como un tío presente y auténtico, que no dudaba en llamar a casa con un chiste o en brindar un consejo firme cuando era necesario. "Era ese familiar que siempre estaba. Incluso siendo Papa, te llamaba para saber cómo estabas", contó.
También recordó el coraje con el que Francisco enfrentó las adversidades desde joven, incluyendo problemas pulmonares que lo marcaron de por vida. "Tuvo que decidir entre una mujer y su vocación a Dios. Eligió ser jesuita en una época muy difícil de nuestro país", reflexionó.
Por el momento, la familia Bergoglio ha decidido no viajar a Roma para despedir los restos del Pontífice, pero permanecerá unida en la memoria y legado de quien fue, además de Papa, un hermano, un tío y un guía espiritual para los suyos.