El mundo del futbol llora la partida de uno de sus seguidores más entrañables. El Papa Francisco, ferviente hincha del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, falleció la mañana de este lunes 21 de abril a los 88 años, dejando tras de sí un legado espiritual y futbolero.
Desde su residencia en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, y tras haber superado recientemente una doble neumonía, Jorge Mario Bergoglio falleció un día después de una aparición pública, marcando así un cierre simbólico al ciclo de la Semana Santa e inicio de la Pascua.
La noticia fue replicada de inmediato por medios internacionales, líderes políticos y, en especial, por instituciones deportivas que encontraron en el Papa un aficionado genuino y apasionado.
¿A QUÉ EQUIPO LE IBA EL PAPA FRANCISCO?
El Papa Francisco era un aficionado al futbol, y si había un equipo que representaba su corazón futbolero, ese era el Club Atlético San Lorenzo de Almagro. Fundado por un sacerdote salesiano, no solo tenía una conexión espiritual con el futuro Pontífice, sino también una historia compartida.
Desde niño, Bergoglio acompañaba a su padre y a sus hermanos al viejo estadio Gasómetro, donde se enamoró del "Ciclón".

RELACIÓN DEL PAPA FRANCISCO CON EL FUTBOL
Tan profunda fue su relación con el club que el Papa fue socio activo hasta sus últimos días, ostentando el número 88.235. Nunca dejó de apoyar públicamente al equipo, incluso después de convertirse en líder de la Iglesia Católica.
En 2013, celebró con orgullo el campeonato que San Lorenzo ganó, coincidiendo con su elección como Papa ese mismo año. Además, recibió en varias ocasiones a jugadores y dirigentes del club en el Vaticano.
Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, San Lorenzo publicó un emotivo video acompañado de un mensaje en redes sociales:
"Nunca fue uno más y siempre fue uno de los nuestros. Cuervo de niño y de hombre... Cuervo como sacerdote y Cardenal... Cuervo también como Papa... Siempre transmitió su pasión por el Ciclón... De Jorge Mario Bergoglio a Francisco, hubo algo que jamás cambió: su amor por el Ciclón."
El Papa Francisco será recordado no solo como el líder espiritual de millones, sino también como el hombre que nunca dejó de ser hincha. Su amor por San Lorenzo, su cercanía con los deportistas y su manera de tender puentes entre la fe y la pasión por el futbol, lo convirtieron en un símbolo de humanidad y cercanía, incluso en un mundo tan competitivo como el del deporte.