El profesional de la salud rechazó tratarla, pues la paciente tenía genitales masculinos; la jurista ha demandado hasta esteticistas por no depilarla
Por: Edel Osuna
El debate entre la biología y la ideología ha encontrado un nicho de discusión en Canadá, donde un abogado y activista de la comunidad LGTBQIA+ ha demandado a un ginecólogo por negarse a atenderla, y también denunció a 16 salones de belleza por negarse a practicarle la depilación brasileña.
Se trata de la abogada transgénero Jessica Yaniv, de Columbia Británica, quien nació como hombre llamado Jonathan, quien denunció tanto al profesional de la salud, como a las esteticistas, por discriminación.
Y es que, de acuerdo con medios canadienses, la jurista consideró que se vulneraron sus derechos como mujer transgénero, por lo que interpuso demandas.
De acuerdo con su propio relato, Yaniv nació como varón, pero con el paso de los años se sintió identificada como mujer, mujer lesbiana, por lo que decidió como abogada dedicarse a defender los derechos de los trans, independientemente de su biología.
En el caso del ginecólogo, consideró que la discriminaba por negarse a atenderle, ya que, a decir del médico, "no atendía pacientes transgénicos", por lo que luego de ello comentó en su Twitter que "un consultorio ginecológico al que me refirieron, literalmente, me dijo hoy que 'no atendemos a pacientes transgénero'", publicó.
Y luego agregó: "Yo, siendo yo, estoy conmocionada… y confundida… y herida. ¿Se les permite hacer eso, legalmente? No va en contra de las prácticas universitarias".
Señaló que los médicos de diferentes especialidades, incluidos los ginecólogos, deberían relacionare tanto con pacientes, como con no binarios y transgénero.
DEMANDA SALONES DE BELLEZA POR NO DEPILARLA
En el caso de la depilación, Yaniv dijo que había concertado cita en 13 salones de belleza y 3 esteticistas independientes para que la depilaran con técnica brasileña, pero que al saber que aún conservaba sus genitales masculinos, las esteticistas, algunas de las cuales profesaban el islam, se negaron a atenderlo.
Todas fueron llevadas a juicio, desatando férreos debates en todos los medios y niveles, en cuanto a derechos humanos; sin embargo, al final la corte falló a favor de las estilistas, ya que consideró que ninguna tenía experiencia en depilación de genitales masculinos, y determinó que Yaniv pagara una multa de dos mil dólares canadienses cada esteticista independiente.
El fallo del tribunal establecía que la abogada trans interpuso quejas con "propósitos inapropiados", los cuales estaban motivados por animosidad racial; además, empleó el engaño y buscó castigar a esteticistas por su "fanatismo".
A raíz de las intensa críticas, la abogada trans tuvo que cerrarla, debido a la ola de críticas en contra.
Además, los medios indagaron en el pasado de Yaniv y descubrieron que charla con adolescentes sobre la menstruación, tampones y toallas sanitarias, por lo que una de las menores la demandó por acoso sexual, y que también confesó que quería tener sexo con muchachitas menores de 18 años.
También descubrieron que intentó organizar una fiesta trans topless para mayores de 12 años en una alberca pública y vetada para padres.