Las importaciones alcanzaron los 7,4 millardos de dólares, muy por encima de los 5,16 millardos registrados en el 2021
Por: Redacción
A medida que la economía mexicana comienza a mejorar, luego de varios años de inestabilidad constante, muchos de los sectores más afectados por la crisis vuelven a mostrar verdaderas señales de recuperación. Una de estas es la industria textil, que se estaría transformando de forma dramática en los años post-pandemia.
Si bien los precios siguen aumentando de la mano de la inflación, lo cierto es que la reactivación del sector estaría potenciando una mayor competencia entre proveedores, que se han diversificado para no solo brindar opciones locales, sino también un amplio catálogo de productos traídos desde el extranjero.
Este fenómeno se vio principalmente durante el 2022, donde hubo un incremento del 44% en la importación de ropa en comparación con el año anterior, y de casi el 60% en comparación con el 2019. Las importaciones alcanzaron los 7,4 millardos de dólares, muy por encima de los 5,16 millardos registrados en el 2021.
Si bien parecería haber un beneficio inicial para los consumidores, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), Emilio Penhos Mougrabi, afirma que alrededor del 35% de la mercancía importada se estaría vendiendo a precio subvaluado, es decir, por debajo de lo que permite el mercado nacional.
Esto estaría generando una competencia desleal avalada por los entes aduaneros, que podría tener un efecto importante en la rentabilidad (y posterior capacidad productiva) de los comercios locales.
Penhos asegura que gran parte de la mercancía viene de Asia, y que ya no solo estaría posicionándose en negocios informales, sino incluso en retailers de renombre.
Sin embargo, esto no estaría frenando el precio de la mercancía, que ha mostrado un incremento constante desde iniciada la pandemia. Los principales afectados serían los hombres, con la mercancía masculina incrementado su precio por encima de otras categorías entre febrero del 2020 y del 2023.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los productos que más se encarecieron fueron aquellos que conforman la ropa interior, seguidos por las camisas y playeras, pantalones, calcetines y trajes. Estos últimos se habrían encarecido por encima del resto debido a una caída en la producción de mercancía local.
Entre las alternativas que se han popularizado para disminuir el gasto en prendas de vestir se incluyen los descuentos y la compra de productos de segunda mano.
En cuanto a las ofertas, cada vez es más común encontrar folletos con rebajas de hasta un 50% en todo tipo de mercancía, con ejemplos como el del catálogo de Andrea con hasta 8 campañas de descuentos activas en todo momento. Algunas empresas que también siguen esta tendencia incluirían a Cklass y Price Shoes.
Por otro lado, la venta de productos de segunda mano sería la más alta registrada en la última década, siendo una de las formas más comunes de conseguir productos textiles en el país.
Debido a la popularidad de productos a precio bajo, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un reporte donde señalan cuáles son las marcas con mercancía de menor calidad.
En esta se incluyó a Bershka, C&A, Forever 21, H&M, Shein, Zara, Victoria's Secret, entre muchas otras.
Para determinar la calidad, la Procuraduría se basó en la resistencia (en cuanto a tiempo y uso) de las prendas, determinando que la moda desechable sería la que se desgasta con mayor facilidad. El consumo de estos productos ha incrementado en los últimos años debido a su bajo precio en comparación con otras prendas.