Luego de cinco años del estreno de Historia de un crimen: La búsqueda, la serie de Netflix que reconstruye uno de los casos más mediáticos y polémicos de México, Lizette Farah, madre de la niña Paulette Gebara Farah, inició un proceso legal contra la plataforma de streaming por presunto daño moral y uso indebido de su imagen.
De acuerdo con la defensa legal de Farah, la producción reactivó un episodio que marcó profundamente a la sociedad mexicana y, lejos de quedarse en el terreno de la ficción, tuvo consecuencias directas en la vida personal, familiar y profesional de su clienta.
¿QUÉ EXIGE LIZETTE FARAH EN SU DEMANDA A NETFLIX?
El eje central de la demanda es que Lizette Farah no es una figura pública y, aun así, su nombre, imagen y características personales fueron utilizadas sin su consentimiento.
El abogado José Manzo explicó que la demanda se sigue por dos vías: una civil, por daño moral, y otra relacionada con propiedad intelectual, por el uso no autorizado de su imagen.
Según detalló, la legislación mexicana contempla la posibilidad de reclamar hasta el 40 por ciento de las ganancias generadas por la serie como reparación del daño, aunque no se ha precisado públicamente el monto exacto que se exige a Netflix.
AFECTACIONES EN LA VIDA DE FARAH LUEGO DEL ESTRENO DE LA SERIE
El impacto de la serie, asegura la defensa, fue inmediato y profundo. Tras su estreno, Lizette Farah volvió a ser identificada en espacios públicos, recibió mensajes de odio en redes sociales y correos electrónicos, y enfrentó rechazo social y hostigamiento.
Estas situaciones, según Manzo, derivaron en la pérdida de oportunidades laborales y afectaciones a su vida profesional, además, uno de los puntos más delicados de la demanda es el temor constante por su seguridad.
El abogado relató que Farah ha desarrollado paranoia al sentirse reconocida en lugares públicos, incluso al grado de modificar su rutina diaria y evitar salir de casa.
La preocupación se agrava, afirma, por la manera en que la serie sugiere o refuerza la percepción de que la madre de Paulette fue sospechosa del fallecimiento de la menor, lo que podría detonar agresiones por parte de terceros.
Asimismo, el daño no se limita a Lizette Farah, sino que alcanza a su entorno familiar, incluida su otra hija. "El impacto es integral, ya no es una vida normal", sostuvo la defensa.
En cuanto a la representación del personaje, la demanda señala que la serie exagera rasgos y actitudes, dotándolo de un tono que no corresponde con la realidad.
De acuerdo con el abogado, estas decisiones narrativas buscan generar mayor impacto dramático, pero lo hacen a costa de la dignidad y privacidad de una persona real.
El caso Paulette, ocurrido en 2010, fue oficialmente cerrado por las autoridades como un accidente.
Sin embargo, la serie de Netflix volvió a poner el tema en el centro del debate público, ahora con consecuencias legales que podrían sentar un precedente sobre los límites entre la ficción, el entretenimiento y los derechos individuales.




