Adiós Tokio; hola París

Japón se despide de los Juegos Olímpicos; Francia recibe el testigo, como en 1900 y en 1924

Por: Eduardo Sánchez

"Arigato". Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 llegaron a su fin con muchas sorpresas, y cerró en una gran fiesta, ante un estadio vacío, provocado por la pandemia de Covid-19, pero no por ello menos emotiva.

Y aunque hubo amenaza de tifón, el cual para la tarde nipona amainó, el fuego olímpico no cesó de arder en el estadio, que estuvo rodeado de gradas vacías, con luces azules, escenario aprovechado para pasar el testigo a Francia, pues de nueva cuenta que después de 120 años volverá a tener en su tierra unos nuevos Juegos.

Pese a que se desarrollaron con un años de retraso, los atletas brillaron con luz propia, y algunos se despidieron de estas competencias.

Poco a poco el terreno se empezó a llenar de vida, con luces y música, envuelto en un espíritu deportivo y de hospitalidad del país anfitrión: Japón.

La ceremonia inició al ritmo de la banda sonora de uno de los filmes más trascendentales de Yasujiro Ozu, Cuentos de Tokio (1953), y detrás salieron los medallistas nipones, como el judoca Takato, quien fue el abanderado de la delegación anfitriona y estuvo acompañado por un médico (en honor a los héroes de la pandemia).

Asimismo, una estrella del brake dance que se estrenará en París 2024, así como con una modelo con una pierna artificial.

Detrás venían los abanderados de cada país, quienes al ritmo de la música del compositor nipón Yuji Koseki (fallecido en 1989) permitió el que los deportistas, 4 mil 600 en total, se hermanaran en su propia tierra.

Y de estos Juegos se despidieron disciplinas, como la caminata de 50 kilómetros y el karate, que no verán acción en París.

Así, con teléfono en mano, han grabado cada momento; encienden las linternas e iluminan el momento, felices y llenos de expectativas para las próximas OIimpiadas, en espera de que el flagelo llamado Covid-19 ya no sea un motivo para no celebrar esta justa internacional.

Sí, una enfermedad que no permitió a los deportistas, como en otros tiempos, salir a conocer la ciudad anfitriona, con sus bondades, pues debían salir del país nomás acabada su participación.

En medio del bullicio de los deportistas, pero en un escenario vacío, sin el público que en otros tiempos abarrotaba gradas, el Comité Olímpico Japonés agradeció a los voluntarios el esfuerzo por celebrar en Tierra de Sol Naciente una justa en medio de una crisis sanitaria.

Estuvieron en el acto el príncipe Akishino, hermano del emperador Naruhito; Yoshihide Suga, primer ministro nipón, y Yuriko Koike, quien ataviada en hermoso kimono le pasó el testigo a su homóloga de París, Ana Hidalgo, quien ahora tiene la encomienda de celebrar unos Juegos Olímpicos a la altura, o que supere toda expectativa.

VOLUNTARIOS, LOS PROTAGONISTAS DETRÁS DE BAMBALINAS

Después de ello, los atletas rindieron homenaje a los voluntarios, quienes son galardonados con ramos de la victoria y cuyos rostros aparecen en las pantallas que circundan el estadio, y cuya presencia, junto a los periodistas del mundo, es la única permitida.

Ellos dicen sentirse tristes porque se terminaron 2 semanas de intensa actividad deportiva mundial y, a su vez, alivio porque todo salió bien.

Y es que se hicieron numerosos esfuerzos para que los contagios no crecieran, pues desde el 1 de julio se aplicaron 624 mil pruebas PCR, de las cuales 409 dieron positivo.

Sin embargo, uno de esos voluntarios dice que no todo ha terminado, porque en unas semanas llegan los Juegos Paralímpicos, y brindará más deporte a Tokio.

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