El hombre dice que lleva una vida normal, y dice que fue discriminado en su anterior trabajo; su esposa y su hijo le ayudan con el negocio
Por: Fabiola Navarro
Héctor Rafael Bobón Chávez, originario de Quiriego, Sonora, nació de talla baja y su condición no ha sido impedimento para lograr sus metas y salir adelante, pese a la discriminación que ha sufrido en algunos centros de trabajo.
“Yo vivo la vida normal porque normal soy, pero no sé por qué en los trabajos nos discriminan, yo trabajé en tres partes y fui discriminado con la forma que le hacen en algunas empresas, empiezan a presionar para que uno se canse y renuncie”, comentó.
Con 33 años de edad, desde hace 7 años se dedica a elaborar ponteduros y se ha convertido en un negocio familiar, en el que participan su esposa y su hijo de 12 años de edad, quien nació también de talla baja.
Entre los carros, cuando el semáforo se pone en rojo es el momento preciso para que Héctor comience a ofrecer los ponteduros y sabe que aun cuando es riesgoso, él tiene que luchar cada día por sacar a su familia adelante.
“Yo le agradezco mucho a mi tía Elba Borbón que amo, porque ella me enseño este oficio y me dijo que el día que aprendiera siempre me iba a acordar de ella porque ese negocio sería para bien de mi familia”, puntualizó.
Existen más de 400 formas distintas de enanismo y displasia esquelética, la más común es la acondroplasia, que se trata de una alteración de los huesos.
Diariamente se enfrentan a una serie de obstáculos que no sólo son a discriminación, sino el no contar con infraestructura adecuada en edificios públicos y privados. Ante el Congreso de Sonora, se han presentado iniciativas para contar con escalones universales en espacios públicos, que les permitan a las personas con esta condición, facilitarles diversos trámites.