Ana Lilia se muestra optimista, tomando en cuenta que la ciencia está muy avanzada
Por: Raúl Esparza
A dos años del accidente que le cambió su vida para siempre, la corredora Ana Lilia Rafael se ha puesto en las manos de Dios, tras recibir la noticia de que su pierna derecha, que le permitió alcanzar tantas metas, tendrá que ser amputada el próximo 13 de abril.
“Con resignación digo que la última palabra la tiene Dios, y con humildad me dispongo a la voluntad de él, agradezco de todo corazón el apoyo que me han brindado y la disposición que han tenido para escuchar y ayudar a una servidora, sin ustedes no podría haber llegado tan lejos”, comentó.
Fue el 30 de enero del 2021, cuando la atleta sufrió un accidente a bordo de su motocicleta, al ser embestida por un auto mientras repartía comida en su trabajo.
A partir de ahí, la corredora de larga distancia emprendió lo que sería, un “maratón por salvar su pierna derecha”, carrera que desafortunadamente no ha podido ganar.
“La respuesta que me dieron (los médicos del Imss) fue la que estaba evitando escuchar: no se puede rescatar mi pierna, ya que el sistema nervioso irá en decadencia conforme pase el tiempo”, lamentó.
Los doctores me explicaron que las arterias que se encargan de irrigar sangre en esa parte no se darían abasto para un buen funcionamiento y sufriría muchos dolores, narró, por lo que lo más viable que me recomendaron es la amputación y de esa manera me reincorporaría a mis actividades.
Aunque la noticia que le dieron los médicos la puso triste, afirmó que mientras haya vida todavía se pueden hacer muchas cosas.
“Estoy tranquila y satisfecha porque se hizo todo lo que pude en este “ultra maratón”, reconoció.
Para lograr operarse en un hospital privado, Ana Lilia organizó un baile en la cancha de Cócorit, bazares en su domicilio, noches bohemias, rifas y un sinfín de actividades para reunir los más de 200 mil pesos que le solicitaban los médicos de Guadalajara.
Aún con la fecha encima, Ana Lilia se muestra optimista y dispuesta para poder disipar cualquier duda sobre la salud de su pierna, tomando en cuenta que la ciencia está muy avanzada.
Y aunque los intentos por salvar su extremidad no dieron el fruto que esperaba, con fé y esperanza Ana Lilia busca emprender la nueva vida que se avizora y en la cual confía pueda andar activa de nueva cuenta.