Las y los niños han aprendido a respetar y convivir con la familia avícola que habita en el plantel
Por: Oviel Sosa
Con gracia, cadencia y estilo, un gallo, una gallina y un pollito se pasean por el kínder Ignacio Mariscal en la colonia Miravalle, al sur de Ciudad Obregón. Juntos, conforman una familia peculiar que brinda alegría a los 90 alumnos y alumnos que cursan el prescolar.
Tras ser clausurado el plantel en octubre de 2021 debido a una invasión de hormigas que cuartearon los salones, el Preescolar Ignacio Mariscal fue rehabilitado y en noviembre pasado fue nuevamente reabierto.
Desde ese entonces inició una nueva etapa, una llena de color y vida pues llegó "Nachito", un gallo al que las y los niños adoptaron y nombraron de esa manera.
La mascota también fue bien recibida por parte del personal docente del plantel al aportar con su canto un mejor ambiente a la institución.
No pasó mucho tiempo para que “Nachito” le llegara una compañera, y recientemente la pareja tuvo su primer heredero, un pollito, a quien aún no se le asigna un nombre.
A decir la directora del plantel, Ana Lilia Soto, la adopción de "Nachito" y a su familia, ha beneficiado tambien al alumnado.
“Ha sido una buena estrategia, los niños cuidan el gallo y le traen comida y al ver juntos al gallo, la gallina y ahora el pollito, es algo que los emociona, los alumnos llegan a la escuela con ánimo y los motiva a tomar las clases con alegría”, comentó.
En cuanto al nombre del hijo de "Nachito", mencionó que realizan una dinámica con los alumnos para involucrarlos y que sean ellos quienes decidan cómo se llamará, tanto el pollito como su mamá, la gallina.
Con ello, el prescolar contribuye a promover el respeto hacia los animales y entender lo importante que es cuidar el medio ambiente.