Madres a cargo de niños y niñas con capacidades diferentes, son un ejemplo de positivismo
Por: Ana Jusaino
Espiritualidad, inteligencia emocional, empatía, positivismo, sensibilidad, carácter e inclusión, son algunas de las cualidades que desarrolla la mayoría de mamás que tienen hijos con algún tipo de discapacidad. Y ese es el caso de Guadalupe Humildad Moreno, la mamá de Ian Marlon Orozco, adolescente de 15 años con parálisis cerebral, que para mantenerse tranquila desarrolló una fuerza interior, trasel conocimiento de poder sufrir el dolor más grande para una madre, que es la muerte de un hijo. Uno de los retos más grandes, para Humildad Moreno y su esposo, Alejandro Orozco, es dejar a su hijo en manos de otras personas, mientras laboran de manera profesional para darle una mejor calidad de vida a sus tres hijos. En el tema de la discapacidad, dijo que todavía falta mucho camino por recorrer, pero que de manera individual con el ejemplo educa, pide justicia y genera empatía a quienes no tienen familiares con capacidades diferentes. En su núcleo familiar, comentó que los roles están bien definidos y la personalidad de Ian cambia tanto con su papá, mamá, hermano mayor y hermano menor, lo que hace rico el ambiente entre todos los integrantes de la familia
“La palabra muerte está en todos mis días, acuesto a mi hijo y no sé qué va a pasar a la mañana siguiente, le doy desayuno, comida y cena y no sé qué va a pasar al día siguiente por el alto grado que tiene de broncoaspiración; entonces, tu mente está siempre en ese momento que ningún padre quisiera vivir”, expresó.
“Definitivamente la discapacidad a mí me ha hecho valorar ese privilegio con el que nacemos, que es el respirar o mover tu boca correctamente para alimentarte. A mi hijo con la terapia de lenguaje, lo tenemos que estar reprogramado para que sepa respirar, porque si lo dejas de hacer la neurología te hace dar pasos hacia atrás”, comentó.
