Por su discapacidad visual no logran colocarse en el área laboral, debido a que empresarios desconocen su potencial
Por: Ana Jusaino
Un grupo de profesionistas con discapacidad visual e integrantes de la Asociación Juntos en la Fraternidad, se reúnen en la Sala de Braille de la Biblioteca Pública Jesús Corral Ruíz y todos tienen una situación en común no son incluidos en las áreas laborales, pese a sus amplios conocimientos académicos.
Lo anterior, provoca que en ocasiones sus ánimos decaigan, tras no generar ingresos económicos para contribuir con su economía familiar; sin embargo, siguen adelante a pesar de las adversidades, pues cuentan con el apoyo incondicional de sus madres.
Algunos de los asistentes de la mencionada sala tienen la discapacidad visual de nacimiento, mientras que otros fueron perdiendo gradualmente la visión, pero eso no ha sido impedimento para que se sigan preparando profesionalmente.
Ramiro Castro Cabanillas, con discapacidad visual, es el encargado de impartir clases de lectura y escritura braille, conocimiento que aplican en computadoras, así como uso de celulares con ese sistema para personas que no pueden ver.
Y a pesar de contar con una maestría en administración, diplomado en Igualdad y no Discriminación por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), así como un diplomado en Derechos Humanos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no ha sido contratado conforme a sus conocimientos, por lo que no recibe pago de honorarios.
“Definitivamente la sociedad no está preparada para una persona con discapacidad, existen barreras actitudinales, barreras físicas y barreras legales, es mucha falta de información, que lleva diciéndolo correctamente, discriminación. La discriminación va a ser siempre un trato distintivo que condicione el uso o bien de un servicio en este caso el derecho al empleo”, expresó.
Castro Cabanillas, explicó que el termino correcto para referirse a una persona que no puede ver, es discapacidad visual y ante una convivencia más cercana, basta con llamarlos por su nombre.
EL ALUMNO
El ingeniero químico, Jorge Alberto Flores Verdugo, recientemente perdió la vista, pero si tiene percepción de manos y luces, por lo que busca ser más independiente conforme a lo aprendido en los talleres de Ramiro, los cuales se imparten cada miércoles de 10:00 de la mañana a 02:00 de la tarde.
“Mi plan a futuro es la rehabilitación completa como persona con discapacidad visual, en el tema de orientación y movilidad para poder ser independiente entre paréntesis, a su vez aprendiendo lo que es el lector de pantalla ya sea para computadora, teléfono y lectura braille, esto para poder encontrar una apertura en el ámbito laboral o en algún emprendimiento”, comentó.
Además, hizo un llamado a la ciudadanía en general para que evite bloquear banquetas con automóviles, anuncios en tiendas, así como no hacer contacto físico para trasladarlos, sino que se acerquen primero a preguntar si ocupan ayuda para moverse.
MAMÁS:
Rosa Mariscal, mamá de Ramiro Castro, destacó que su hijo no para de prepararse académicamente a través de la lectura, pero también lucha por su autosuficiencia para lavar, limpiar y hacer comida; sin embargo, para salir de su casa siempre ocupa compañía.
“Le ayudo, él quiere andar solo, pero se dificulta mucho por los hoyos de las calles. Su intención es poderse manejar en la calle, a mi si me da miedo por lo feo que están las banquetas, pero él está muy decidido y ayuda a las personas que están en la misma condición de él”, comentó.
Añadió que viven en la colonia Valle Dorado desde donde toman un camión urbano, pero lamentó que la tardanza de los mismos ha complicado los traslados hacia el espacio de Ramiro en Biblioteca.
“Ellos si quisieran ser alguien más en la sociedad, por ejemplo, Jorge se preparó, es ingeniero químico, lo único que le faltó fue su título, pero él termino su carrera. Cuando buscan empleo se topan con pared, les dicen que si va a haber apoyo en las empresas, pero de repente te encuentras con la realidad de que no hay apoyos suficientes”, comentó Rosa Alba Verdugo Ponce.
Son más de cinco madres que esperan a sus hijos con discapacidad visual mientras toman su taller cada miércoles, debido a que no tienen la facilidad de regresar a sus casas, pero dijeron que el amor por sus hijos no tiene límites y están dispuestas a realizar sacrificios por ellos.
ACCIONES
Los integrantes de la asociación Juntos por la Fraternidad, se encargan de concientizar sobre su discapacidad en escuelas, empresas u otra institución que quiera ser inclusiva, a fin de que, a través de esos talleres, los asistentes difundan lo aprendido entre sus conocidos.