Desde sus conocimientos, especialistas profundizan sobre la producción de sustancias químicas en el cerebro, que provocan el bienestar de las personas
Por: Ana Jusaino
Las endorfinas, serotonina, oxitocina y dopamina, también llamadas hormonas de la felicidad, en palabras de especialistas pueden ser las mejores amigas o las peores enemigas en caso de no saber estimularlas.
Pero para que el bienestar de las mismas sea posible, las personas deben llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio físico, así como salud mental, mediante la canalización de pensamientos.
La psicoterapeuta Integral en Salud, psicooncología, tanatología y paliativa, Andrea Alejandra Avendaño Valenzuela, explicó que las emociones están compuestas por hormonas y neurotransmisores, los cuales son los encargados de recular nuestro estado de ánimo.
“Nuestro cerebro segrega estas sustancias que interactúan a lo largo de nuestro sistema nervioso y provocan nuestras emociones, sentimientos e incluso podríamos decir que hasta reacciones involuntarias o síntomas cuando esas emociones son intensas y el cuerpo las somatiza”, comentó.
La forma original y más sencilla de estimular la mente es a través del pensamiento, después de eso se manifiestan las emociones.
“Por eso es importante poner atención a qué hemos estado pensando y cómo pensamos, hacer conciencia si nuestra polaridad (positiva-negativa) está inclinada hacia un polo. De aquí recae la importancia de cuidar lo que estamos consumiendo, haciendo referencia a lo que vemos, lo que escuchamos y lo que leemos, ya que puede ser un factor desencadenante de pensamientos disfuncionales o no gratos que eviten que se segreguen hormonas y químicos para darnos una sensación agradable y emociones felices”, mencionó.
Avendaño Valenzuela, explicó que la serotonina se encarga de regular el estado de ánimo para provocar sensación de placer y bienestar, así como estimular emociones de satisfacción, agrado y beneplácito.
La oxitocina quien es conocida como la hormona del amor, debido a produce los vínculos emocionales que desarrollamos, por lo que hace sentir agrado, felicidad, placer, gozo, alegría e involuntariamente nos hace sonreír.
“La dopamina que es responsable de darnos esa emoción de energía y vitalidad, nos activa y nos mantiene atentos, pero ojo, la dopamina es adictiva y si no tiene las otras dos para interactuar y en altas cantidades puede crear un estado de alerta, euforia y manía que desencadena en emociones disfuncionales, estrés, agobio e incluso esa emoción tan recurrente que es el sentido de insuficiencia, como si nada complaciera”, comentó.
Y las endorfinas cumplen las funciones esenciales para salud; promueven la calma, crea un estado de bienestar, mejora el humor, reduce la presión sanguínea, reduce el dolor, entre otros beneficios.
LA IMPORTANCIA DE LA SONRISA
De acuerdo a estudios sonreír de manera consciente sin que haya motivo, estimulan la segregación de dichas hormonas, el traer recuerdos a la mente. Por otro lado, está comprobado que hay alimentos que por sus propiedades y composición bioquímica logran también estimular nuestros químicos cerebrales.
“Está comprobado que los alimentos altamente procesados, azúcares refinadas, entre otros son asesinos puros de nuestros químicos de felicidad”, concluyó Avendaño Valenzuela.
LA ALIMENTACIÓN
La nutrióloga y docente, Lorenia Ayala Valdez, resaltó que la alimentación es fundamental, ya que aporta la materia prima a nuestro cerebro para que fabrique sus neurotransmisores, denominados “las hormonas de la felicidad”.
“Lamentablemente nuestros hábitos alimenticios, nuestro ritmo de vida acelerado y cada vez más estresante; así como nuestra privación crónica de sueño; provocan una deficiencia de las concentraciones de estas hormonas. ¡Esta situación pone a nuestro cerebro en un estado de emergencia!”, expresó.
ADVERTENCIA
Ayala Valdez, destacó que cuando nuestro cerebro no es capaz de producir “sus propias drogas de tranquilidad”, las buscará desesperadamente en forma de: antojos irresistibles, o de cualquier adicción.
Los nutrientes que nuestro cerebro necesita para fabricar sus hormonas, son: aminoácidos esenciales (proteínas); ácidos grasos esenciales (grasas naturales) y micronutrientes (minerales y vitaminas). Todos estos nutrientes los podemos encontrar en la comida real, en los alimentos que nos brinda la madre naturaleza en su estado más puro (sin estar procesados), dijo.
“Dichos alimentos son: huevos, pescados, mariscos, pollo, carnes, vegetales verduras; frutos como: los aguacates, el coco y las aceitunas; las oleaginosas como: nueces, avellanas, almendras, pistachos y semillas de calabaza. Y por supuesto, chocolate negro, sin azúcar y sin edulcorantes artificiales”, comentó.
“Si nos encontramos desnutridos (carentes de nutrientes esenciales); ya sea por consumir alimentos refinados, ultraprocesados y cargados de azúcares; y si a eso le sumamos el consumo de alcohol; la adicción al tabaco, el consumo de drogas (legales e ilegales); y la privación voluntaria de sueño; dejamos a nuestro cerebro desprovisto de los nutrientes que necesita para fabricar sus propias “drogas de felicidad”. Por lo tanto, no es casualidad que las adicciones, la depresión y la ansiedad se encuentren al alza”, lamentó.
Jesús Antonio Robles Gutiérrez, especialista en ciencias del ejercicio físico y nutrición en el deporte, comentó que realizar ejercicio es un liberador de dopamina, serotonina y la endorfina, por lo que las personas suelen experimentar felicidad y mayor energía.
Y aunque antes la actividad física era solo para conseguir una figura “ideal”, comentó que en la actualidad crece el interés por mejorar la salud en índices de glucosa, triglicéridos, presión arterial, además de combatir la obesidad a través del movimiento corporal.
“Tienes que cumplir con un requerimiento nutricional, si tu llevas una alimentación sana, equilibrada obviamente que vas a rendir más en el ejercicio y van a haber mejores resultados. De lo contrario habrá poco rendimiento y puede que se lastime la persona, su cuerpo no va a estar preparado para ciertas cargas de ejercicio”, destalló Robles Gutiérrez.
“El musculo es muy sabio, cuando le falta un nutriente, el musculo te manda una señal, lo más común es que les quedé un tironcito o un jalón y es una señal de que el musculo no está preparado, le falta algo un mineral, una vitamina, un nutriente que la persona no está consumiendo”, concluyó.
Cabe señalar que la serotonina, oxitocina y dopamina también juegan un papel importante en nuestras funciones vitales automáticas, regulan el apetito, la circulación, la respiración, la frecuencia cardiaca, el sueño y la adecuada regeneración de nuestras células y el sistema inmunológico.