El enseñar el oficio a los hijos era visto como una tradición; sin embargo, los cambios de las dinámicas han derivado que ya no sea interesante
Por: Román González
El cambio de ritmo de vida, las nuevas tecnologías, así como la implementación de materiales que abaratan el costo de producción de artículos para vestir, son algunos de los factores que actualmente influyen en la amenaza de que el oficio de zapatero desaparezca.
El artesano José Martínez Osorio, de oficio zapatero por más de 30 años en Ciudad Obregón, recibe a esta casa editorial en su taller. Desde el ingreso, el olor a cuero de sus materiales transporta al cliente a años atrás, cuando en cada una de las colonias del municipio existía un local de reparación de calzado.

Dejando de un lado un par de botas que le fueron confiadas para mantenerlas no solo útiles, sino llenas de vida, Don José compartió: "Lamentablemente cada vez quedamos menos personas dedicadas a este noble oficio. Era común ver un local de reparación de calzado, por lo general era un negocio que se pasaba de generación en generación entre la propia familia y que actualmente se ve que se ha estado perdiendo. Ahora te encuentras esos locales, ya solos, en abandono por falta de clientes".
Volviendo a su labor, el zapatero, quien desde los 16 años descubrió su gusto por el oficio, explicó que, ahora a sus 48 años, ha visto a varios colegas que han tenido que abandonar su negocio, porque cada vez es menos rentable.
"Antes los zapatos se elaboraban con una calidad mayor que la actual, ahora son mucho más baratos, y la gente opta por en lugar de reparar un calzado ir a comprar un par de zapatos de 200, 300 pesos y así es como se va perdiendo la clientela. Aún hay personas que vienen y me traen cierto calzado pues tienen un valor sentimental, porque se los dejaron sus papás, que ya partieron de este mundo y quieren restaurarlo, o otros que solo por los recuerdos que le traen sus zapatos", señaló.
SE ROMPE LA TRADICIÓN
En el gremio de los zapateros, el enseñar el oficio a los hijos era visto como una tradición muy común, pero el cambio de las dinámicas en las familias o la variante economía de las distintas regiones, han derivado en que sea cada vez más frecuente que ya no se interesen las nuevas generaciones en trabajar el noble oficio.
"Tengo mis hijos, pero ninguno se interesó en seguir con el negocio familiar, ellos decidieron prepararse más, y continuar sus estudios", agregó Don José, expresando un gesto de orgullo por la decisión de sus vástagos, argumentando que gracias a su trabajo ha podido apoyarlos en que cumplan sus metas.
Finalmente, aclaró que con la finalidad de mantener vivo el arte de la reparación y fabricación de calzado, también se han ido añadiendo artículos a la venta como cintos, chamarras o mochilas, recordando que un zapatero no solo se dedica al arreglo de calzado, sino de cualquier artículo de cuero.
"También tenemos artículos a la venta, botas, huaraches, cintos, cachuchas y claro reparación de calzado en general, y para mantener este oficio aquí los esperamos por la 5 de Febrero entre Hidalgo y Guerrero también las mochilas las arreglamos, ahorita con esta economía también es uno de los artículos que más traen para reparación", finalizó.
