Alrededor de estos inmuebles giran mitos e historias que van desde misteriosas apariciones hasta presunta radiación en su infraestructura
Por: Javier Zepeda
Detrás de las añejas paredes y escaleras de distintas edificaciones que se ubican tanto en la zona rural como en el área urbana del municipio de Cajeme, se esconden relatos que han provocado que la sociedad los catalogue como zonas “embrujadas”.
A pesar de los años que tienen, estas infraestructuras viejas permanecen de pie, y llaman la atención de algunos curiosos, quienes ocasionalmente se acercan a echar un vistazo, aunque “de lejitos”, según afirman los vecinos.
¿EDIFICIO RADIOACTIVO?
Desde hace aproximadamente 40 años existe un edificio que se encuentra ubicado en la calle Benito Juárez, en la comisaría de Esperanza. La gran infraestructura consta de cinco pisos y a pesar de que pasan los años permanece sin ninguna utilidad, aunque actualmente se encuentra cercada.
Vecinos de esta comisaría afirman que el edifico nunca llegó a utilizarse, y debido a que su propietario falleció hace años, este se encuentra en abandono, razón por la que se aprecia grafiti en los muros.
Sin embargo, hay relatos que giran en torno a la estructura. Uno de ellos, es que supeustamente presentó radiación por un tiempo, por lo cual las personas dejaron de entrar al temer por las afectaciones que podría causar.
“Por años se ha manejado esa versión pero por supuesto que muchos no la creemos, porque ya lo hubieran derrumbado. Hay quienes sí lo creen; también dicen que asustan ahí adentro, pero a mí nunca me ha tocado ver nada de eso. Antes entraban algunos malvivientes hasta que fue cercada. Desconozco si la cercaron parientes del dueño o si lo hizo otra persona”, dijo Juan Valenzuela Cázares, uno de los habitantes de Esperanza.
Relató que por años, algunos curiosos se han acercado a tomarle fotos, pues lo consideran una especie de atractivo, sobre todo por las noches.
CRIPTAS “SATÁNICAS”
Pero no es el único lugar que llama la atención en Cajeme por resultar terrorífico, pues en la comunidad de las Granjas Mica donde existen cinco criptas “satánicas” que parecen conformar un castillo.
Según cuentan integrantes de la sociedad cajemense, la creación de estas criptas data desde los años 80, y fueron construídas por una persona llamada Miguel Varela.
A lo largo de los años se ha manejado la versión de que en ese lugar se realizaban rituales, en los que se sacrificaban animales e incluso personas, en las denominadas “misas negras”.
Las criptas se encuentran en un predio baldío, y sus estructuras se encuentran actualmente vandalizadas. Muestran un aspecto gótico y misterioso, además de que tienen picos en la parte superior. Además, cuenta con algunos andadores cuya superficie se encuentra orientada a la salida del sol.
“Por años han dicho que se sacrificaban a personas y animales. Yo prefiero no acercarme pero con solo verlas se siente una sensación extraña”, comentó una de las habitantes de esa zona del municipio.
Durante los últimos años, algunos Youtubers se han acercado a las criptas en búsqueda de captar sucesos paranormales y de mostrar a los internautas las estructuras extrañas.
CUSTODIADO POR “CERBERO”
Otro misterioso edificio se encuentra ubicado en las calles Donato Guerra y Juan de la Barrera, en el área urbana de Cajeme. Se trata de una estructura con forma de castillo, que actualmente es custodiada por un perro que habita al otro lado de la barda perimetral que fue colocada en la zona por algunos vecinos que cuidan el lugar.
“Le llaman el Castillo del Diablo, la gente dice muchas cosas e incluso en años anteriores se metían algunas personas para grabar videos. Actualmente lo cuidan algunos vecinos, pero ellos no son los dueños, tienen un perro adentro y como es el Castillo del Diablo, le han apodado Cerbero, que es el perro del Inframundo en la mitología, pero desconozco el nombre real del perrito”, comentó Ana Zazueta Soto, quien habita en ese sector.
El perro suele ocultarse en este castillo y ocasionalmente asoma su cabeza por una de las ventanas, asustando a quienes pasan por el lugar con sus ladridos.
Vecinos afirman que, según relatos urbanos, también se escuchaban voces por las noches, antes de que los vecinos cercaran la zona.
De acuerdo a residentes del sector, el edifico también fue creado por Miguel Varela, quien planeaba vivir en él, sin embargo quedó en el abandono. Aunque el inmueble se ha intentado vender, nunca ha sido comprado.
LA APARECIDA
Uno de los relatos más conocidos de la comisaría de Cócorit es el de una mujer vestida de blanco que se aparece en La Casona. Este lugar es un edificio que fue construido en el año 1982 por Alvino Almada y que a lo largo de los años, fue utilizado como panadería y refugio para gitanos, entre otros usos que se le ha dado a lo largo del tiempo.
Actualmente es un lugar donde se llevan a cabo exposiciones culturales, pero es la historia que se encuentra detrás de los muros lo que ha vuelto a La Casona de Cócorit un lugar escalofriante, según dicen los visitantes.
Cuenta la historia que el dueño, presuntamente tenía a una joven de aproximadamente 15 años trabajando en su casa proveniente de Jalisco, la cual misteriosamente dejó de verse en el edificio, sin que se supiera nada de ella.
Posteriormente y durante las noches, una mujer vestida de blanco comenzó a aparecerse en el edificio, en la habitación en la que la joven supuestamente solía quedarse.
Fue el ingeniero Héctor Durón, quien con el paso de los años habitó en La Casona, quien pintó en distintas ocasiones a la mujer. Asimismo, en el jardín del edificio se encuentra una escultura que representa a La Aparecida, que es como se le nombró al espectro.
En la figura expuesta en el amplio jardín de su patio, se encuentra a la mujer junto a un perro, ya que este era el que alertaba al ingeniero sobre la supuesta presencia del espectro con su ladrido.
Aunque muchas personas afirman que en estos edificios de Cajeme suelen suceder cosas misteriosas, otras aseguran que solamente se trata de historias inventadas. No obstante las estructuras siguen de pie aún y el paso de los años, por lo que se han convertido en reconocidos lugares de municipio de Cajeme.
